domingo, 31 de mayo de 2009

El Renacimiento en España

El Renacimiento, como movimiento artístico y literario, se inició en Italia en el siglo XIV, desde donde se difundió a toda Europa. Muy vinculado al pensamiento humanista, aportó un cambio fundamental a la mentalidad de la época. Por un lado supuso la recuperación de la cultura y los modelos artísticos de la Antigüedad clásica como fuente de inspiración. Por otro supuso un renovado interés por el hombre como medida de todas las cosas (antropocentrismo)

Del humanismo al espíritu de la Contrarreforma

El humanismo sitúa al hombre como centro principal de atención. Creía en la capacidad individual del ser humano y tenía una enorme confianza en la razón. Se desarrolló desde el siglo XV a partir de dos focos; Italia y Flandes, donde destaca la figura de Erasmo de Rotterdam. A España llegarán las dos corrientes pero la peculiaridad española es que fue adoptado este pensamiento por ciertos sectores cultos de la Iglesia. Cabe destacar al cardenal Francisco Jiménez de Cisneros (Biblia Políglota Complutense y la Vulgata), Antonio de Nebrija (Arte de la Lengua Castellana) y Juan Luis Vives (De concordia et discordia in humano genere). Destacan también Juan de Valdés (Diálogo de la lengua) y su hermano Alfonso de Valdés que en sus dos obras, Diálogo de Lactancio y un Arcediano y Diálogo de Mercurio y Carón, son discursos en los que defiende la política del emperador Carlos V y ensalza el pensamiento erasmista, junto a su hermano es considerado como cabeza del erasmismo español.

En 1540 san Ignacio de Loyola fundará la Compañía de Jesús. Se caracterizará desde su inicio por la estructura militar y el sentido de la disciplina. A los votos tradicionales de otras órdenes añadieron uno especial de obediencia al papa. Se declararon beligerante en devolver al catolicismo a Europa y desarrollaron una activa labor misionera como san Francisco Javier.

Al Concilio de Trento (1545-1563) asistieron grandes teólogos, el emperador, los papas y las altas jerarquía eclesiástica. El intento de lograr la conciliación no se consiguió y se confirmó la ruptura. Algunos de los teólogos españoles más destacados que asistieron fueron los jesuitas Alfonso Salmerón y Diego Laínez o el dominico Melchor Cano. Ellos contribuyeron al afianzamiento del espíritu de la Contrarreforma Católica.

Los avances en la ciencia y el pensamiento

El siglo XVI conoció un espectacular desarrollo científico e intelectual, en especial en todas aquellas disciplinas que se vieron afectadas por el descubrimiento del nuevo mundo.

En el campo de las ciencias el conocimiento de nuevas tierras y especies impulsaron el avance de la geografía, la botánica, la química, la farmacología y las ciencias naturales.

En el campo del derecho se estableció un debate sobre los derechos de los indios y la legitimidad de la conquista que sentaron las bases del derecho internacional, en este campo destacó Francisco de Vitoria.

El comercio y la influencia de los metales preciosos americanos plantearon ciertas dudas morales sobre determinadas prácticas comerciales. Destacó la Escuela de Salamanca que formuló nuevas teorías, entre ellos estaban Francisco de Vitoria, Domingo de Soto o Martín de Azpilcueta, el primero en formular la teoría cuantitativa del dinero.

El Renacimiento en la Literatura

La literatura es una de las manifestaciones más interesantes del renacimiento español, donde destacan tres grandes corrientes. En primer lugar tenemos la poesía de influencia italiana donde destaca Garcilaso de la Vega y Juan Boscán.

En segundo lugar destaca el realismo cuyo mejor ejemplo es el Lazarillo de Tormes obra anónima cuyo ejemplar más antiguo data de 1554. Y por último la literatura espiritual con fray Luis de León, Santa Teresa de Jesús, Camino de perfección, y san Juan de la Cruz, Noche oscura, Cántico espiritual y Llama de amor viva son sus tres obras poéticas principales.

La Arquitectura

La manifestación más original e interesante del arte renacentista español es la arquitectura. Se pueden distinguir tres estilos:

- El Plateresco: Se trataría de una fusión de los componentes del mudéjar y del gótico flamígero: inclusión de escudos y pináculos o fachadas divididas en tres cuerpos. Pero incorpora también elementos renacentistas como las columnas o algunos elementos decorativos. Está caracterizado por fachadas fuertemente adornadas, como si se tratasen de obras de orfebrería (de ahí su nombre), mientras que el interior de los edificios suele estar construido en estilo gótico. Algunos de los edificios representativos del Plateresco son: La fachada de la Universidad de Salamanca, la de Alcalá de Henares y el Hostal de San Marcos de León.

- El Clasicismo: La influencia del Gótico fue desapareciendo, llegándose a alcanzar un estilo más depurado y ortodoxo. Se caracteriza por una mayor austeridad decorativa, que se limita a algunos elementos concretos, generalmente de inspiración clásica. Se imponen los edificios de aspecto más sereno, armónico y equilibrado. El centro de la producción renacentista se localizó en Andalucía con Diego de Siloé (fachada de la Catedral de Granada); Pedro Machuca (Palacio de Carlos V en Granada) y Andrés de Vandelvira (Catedral de Jaén y de Baeza)

- El Herreriano o escurialense: la iniciación del Monasterio de San Lorenzo del Escorial como símbolo del poder de Felipe II de España por Juan Bautista de Toledo (fallecido en1567) y Juan de Herrera supuso la aparición de un nuevo estilo, que se caracteriza por el predominio de los elementos constructivos, la ausencia decorativa, las líneas rectas y los volúmenes cúbicos. Este estilo dominó la arquitectura española durante casi un siglo, y entre sus seguidores se encuentran figuras tan relevantes como Francisco de Mora.

La escultura

No logró implantarse con firmeza el estilo hasta el advenimiento del emperador Carlos V al trono.

Durante una primera etapa trabajaron en España escultores italianos y flamencos. Ya entrado el segundo tercio del siglo destaca el holandés Juan de Juni en Valladolid, autor de los retablos mayores en las iglesias de Santiago y la Antigua. Y en la segunda mitad del mismo siglo se hicieron famosos en Madrid los dos italianos Leoni (León y Pompeyo, padre e hijo) especialmente los dos grupos de estatuas orantes que representan a Carlos V y Felipe II con su familia respectiva en la iglesia del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y los bustos y estatuas de los mismos en el Museo del Prado.

También cabe señalar a Alonso de Berruguete que trabajó en Roma y en Florencia al lado de Miguel Ángel, quien influyó decisivamente en su formación artística. Cuando volvió, no consiguió consolidar el favor del emperador y, después de 1526, quedó definitivamente apartado del círculo cortesano. A partir de entonces se dedicó, en Valladolid, principalmente a la escultura. Destacan los primeros grandes retablos de monasterio de la Mejorada de Olmedo y el del monasterio de San Benito de Valladolid.

La pintura

La pintura renacentista española, en general, carece de la calidad y originalidad de la arquitectura o la escultura. Su temática, como en escultura, fue casi exclusivamente religiosa, debido a la clientela eclesiástica.

Destacan los pintores Juan de Juanes, que fue el pintor de mayor relevancia en la Valencia de su época. Dedicado fundamentalmente a la iconografía religiosa, fue llamado «el segundo Rafael». Entre sus obras destacan La Santa Cena (Museo del Prado), San Sebastián en la sinagoga o La Sagrada Familia, y el extremeño Luis de Morales el Divino, La Virgen del Pajarito, San Juan de Ribera o la Virgen de la leche.

En el último tercio de siglo destacan Sánchez Coello, el mejor retratista del Renacimiento español trabaja al servicio de Felipe II y se convierte en su pintor de cámara y retratista favorito. Sus retratos siguen indirectamente el estilo de Tiziano, Felipe II, Alejandro Farnesio, Las infantas Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela o los Infantes don Diego y don Felipe.

Pero el más destacado de todos fue Doménikos Theotokópoulos, el Greco. Hasta los 26 años vivió en Creta donde fue un apreciado maestro de iconos en el estilo postbizantino vigente en la isla. Después residió diez años en Venecia donde se transformó en un pintor renacentista. Tras su paso por Roma se trasladó a España donde realizó dos cuadros para el rey Felipe II La adoración del nombre de Jesús y el Martirio de san Mauricio, pero no fueron del agrado del monarca. Se afincó en Toledo de donde destacan La trinidad, el Expolio, El caballero de la mano en el pecho y sobre todo El entierro del conde de Orgaz.

sábado, 30 de mayo de 2009

Memoria de Madrid. Madrid 1808


El Ayuntamiento de Madrid ha puesto en marcha una web que aúna patrimonios tan heterogéneos como los conservados en la Hemeroteca Municipal, el Archivo de la Villa, las Bibliotecas Histórica y Musical y los Museos de Historia, de los Orígenes y de Arte contemporáneo. A modo de avance, Memoria de Madrid presenta un espacio dedicado al Dos de Mayo.

Enlace

viernes, 29 de mayo de 2009

El Ejército Español en 1808

Introducción

Tras la derrota de la guerra de los 7 años en 1763 el Ejército fue reformado por las Reales Ordenanzas de Carlos III de 1768 para hacer de él un Ejército al nivel de las grandes potencias europeas. Este reducido Ejército, de unos 85.000 hombres pero bien disciplinado e instruido será el que herede su sucesor Carlos IV en 1788.

Los deseos del rey de llevar una política pacífica como su tío Fernando VI se verán truncados por la ejecución de Luis XVI. Este acontecimiento hará que España participe en la Primera coalición contra la Francia de la Convención. La Guerra de los Pirineos terminará con un rotundo fracaso para las armas españolas, que además perderán a sus dos mejores generales Ricardos y O´Reilly. Firmada la Paz de Basilea con la Francia del Directorio y vueltos a los tradicionales Pactos de Familia las armas españolas volvieron a enfrentarse al Reino Unido. Los enfrentamientos en Trinidad, Puerto Rico, Cádiz o Santa Cruz de Tenerife siguieron suertes dispares.

En 1801 España invade Portugal que viendo como tres cuerpos de ejército, totalizando 60.000 hombres, les invade accede a firmar la Paz de Badajoz.

Tras la derrota de Trafalgar el reino Unido ocupa Buenos Aires y Montevideo siendo al poco tiempo rechazados por los voluntarios coloniales y tropas regulares. Se envía al cuerpo de ejército del marqués de La Romana a Dinamarca y al poco tiempo 20.000 franceses al mando de Junot y con ayuda de unidades españolas invade Portugal ocupando Lisboa el 27 de noviembre de 1808.

Tras la sublevación popular del 2 de mayo toda España se levanta en armas contra la invasión francesa. Tan solo dos meses después un ejército enteramente español al mando del general Castaños derrotaba a los hasta entonces invencibles imperiales en Bailén, 19 de julio, haciendo casi 19.000 prisioneros incluidas a unidades de las mismísimas tropas de la Guardia Imperial francesa. Tan solo un año antes los franceses han derrotado a prusianos y rusos en Eylau y Friendland.

¿Cómo fue posible por tanto tal victoria?¿Cómo era ese Ejército español que humilló al mismísimo Emperador en tierras andaluzas? (1)



Organización

El Ejército español estaba organizado a la manera francesa de forma muy parecida a la de muchos países de la Europa occidental de finales del siglo XVIII. El máximo rango, a excepción del Rey y Godoy que tenía el rango de Generalísimo, era ostentado por los Capitanes Generales. Antes de 1808 existían 400 generales de distinta graduación. Lógicamente no todos tenían mando sobre tropas, muchos eran gobernadores en distintas plazas peninsulares o en las colonias, otros ostentaban cargos de relevancia administrativa en las distintas secretarías y otros estaban en situación de reserva. Unos 350 oficiales formaban el cuerpo administrativo de oficiales, intendentes y auditores. Casi todos servían en España salvo unos pocos en La Habana. Controlaban las finanzas y los pagos de suministros, alimentos y pertrechos.

Los regimientos de caballería e infantería estaban divididos entre los de línea o regulares y los de la Guardia Real. La mayor parte del Ejército estaba formada por españoles pero existían numerosos regimientos y unidades de extranjeros, el más importante de ellos los regimientos suizos que contaba con 13.000 efectivos. Los regimientos regulares estaban auxiliados por batallones provinciales y milicias urbanas. Se contaban con cuerpos de especialistas como artillería, ingenieros y otras fuerzas auxiliares. Además las colonias, Canarias o las ciudades de Ceuta o Melilla tenían sus propias unidades. En 1808 el Ejército español contaba con 7.000 oficiales, 130.000 suboficiales y clases de tropa, incluidos 30.000 soldados de las milicias provinciales.

LA GUARDIA REAL

Estas tropas fueron creadas durante el reinado de Felipe V a principios de siglo XVIII. A excepción del cuerpo de alabarderos estas tropas participaban en las campañas militares y estaban formadas por unos 6.000 soldados. Todos sus componentes pertenecían a la nobleza y se distinguían muy concretamente, después de la amarga experiencia de la Casa Real de Francia en 1789, por su fidelidad al rey, tenían una consideración especial que, como los cadetes de los regimientos, podíamos considerar como “de Oficial”.

Guardias de Corps

Creado en 1704 consistía en cuatro compañías de caballería, la 1ª Española, 2ª Italiana, 3ª Flamenca y 4ª Americana (creada en 1795), cada una con 225 soldados y oficiales. Fueron reducidas a tres compañías de 180 hombres en 1803 siendo disuelta la compañía flamenca. Desde 1797 hasta 1803 existió una Brigada de Artillería Volante, con 67 soldados y oficiales y ocho cañones ligeros

Cuerpo de Guardias Alabarderos

Esta unidad fue creada en 1707 como guardia de palacio con cuatro oficiales y 100 hombres. Armados únicamente con alabardas sus integrantes eran veteranos de la Guardia Real y otras unidades del Ejército.

Guardias de Infantería Española

Creados en 1704 con cuatro batallones aumentó su número a seis en 1791, cada uno contaba con siete compañías de 100 hombres, incluida una de granaderos. Los Cazadores Artilleros, creados en 1793, contaban con seis compañías, una por cada batallón, con 105 soldados y oficiales pero fueron disueltos en 1803. En 1803 se produjo una drástica reducción de efectivos, se disolvieron tres batallones y los restantes fueron reducidos a 50 fusileros, además las compañías de granaderos fueron limitadas a 100 hombres.

Guardias de Infantería Valona

Creada en 1704 tenía la misma composición que los regimientos de Guardias Españoles pero nunca contaron con Cazadores Artilleros.

Carabineros Reales

Creados en 1730 contaban con cuatro escuadrones, cada uno de ellos con 276 hombres divididos en cuatro compañías. Se añadieron dos escuadros de caballería ligera en 1802 para escolta de Godoy.

INFANTERIA DE LINEA

En 1808 España contaba con 44 regimientos de infantería de línea, siendo 34 de ellos españoles y 10 de tropas extranjeras (6 suizos, 3 irlandeses y 1 italiano). Tenía la mitad de sus regimientos formados por veteranos y la otra mitad reclutados para esta guerra.
A inicios de 1790 cada regimiento tenía dos batallones en servicio y uno en depósito, cada uno con cuatro compañías de fusileros y una de granaderos, totalizando 1.403 hombres que aumentaron a 1.903 en 1793. Desde 1802 cada regimiento contaba con tres batallones. El primero contaba con dos compañías de granaderos y dos de fusileros, teniendo los otros dos cuatro compañías de fusileros. Cada compañía contaba con un capitán, un teniente, un subteniente, un sargento mayor, dos sargentos, ocho cabos primeros, ocho cabos, tres tambores y 60 (en tiempo de paz) o 164 (en tiempo de guerra) soldados. Cada batallón tenía un Estado Mayor de tres oficiales de campo, un estandarte, un capellán, un médico, un tambor mayor y un maestro armero. En 1808 contabilizaban 59.000 hombres incluidos 15.000 extranjeros. Los regimientos españoles eran: Inmemorial del Rey, Reina, Príncipe, Saboya, Corona, África, Zamora, Soria, Córdoba, Guadalajara, Sevilla, Granada, Valencia, Zaragoza, España, Toledo, Mallorca, Burgos, Murcia, León, Cantabria, Asturias, Fijo de Ceuta, Navarra, Aragón, América, Princesa, Extremadura, Málaga, Jaén, Ordenes Militares, Voluntarios de Castilla, Voluntarios del Estado y Borbón. Los regimientos extranjeros: Los irlandeses Irlanda, Hibernia y Ultonia, los suizos Schwaler, Ruttiman, Reding, Yann, Courten y Betschart y el italiano Nápoles. (2)

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Infantería y artillería española: 1.- Infantería de línea, regimiento de Zaragoza. 2.- Infantería ligera, regimiento de Córdoba. 3.- Granadero de infantería de línea. 4.- Artillero en 1808. 5.- Artillero en 1810. 6.- Granadero del regimiento de Guadalajara. 7.- Granadero del regimiento de la Princesa. (Fuente: L.-F. Funcken L`Uniforme et les armes des soldats du Premier Empire. Vol. 2. París, 1968. Página 115)

INFANTERIA LIGERA

Creada por Carlos III en 1763 tras la campaña de Portugal. Su misión era desplegarse a los lados de la línea de batalla en exploraciones, descubiertas o flanqueos. Los tres regimientos iniciales aumentaron a nueve en 1792 y a 12 tras la reforma de 1802. La infantería ligera española estaba organizada en batallones individuales. Cada uno de ellos contaba en 1792 con 801 hombres. Desde 1802 cada batallón contaba con seis compañías; cada una contaba con un capitán, un capitán segundo, dos tenientes, dos subtenientes, un sargento mayor, cinco sargentos, ocho cabos primeros, ocho cabos, tres tambores y 105 (en tiempo de paz) o 175 (en tiempo de guerra) soldados. Cada batallón tenía un Estado Mayor de tres oficiales de campo, un estandarte, un capellán, un médico, un tambor mayor y un maestro armero. En 1808 contabilizaban 13.600 hombres en los siguientes regimientos: 1º de Aragón, 2º de Aragón, 1º de Cataluña, 2º de Cataluña, Tarragona, Gerona, 1º de Barcelona, 2º de Barcelona, Barbastro, Voluntarios de Valencia, Voluntarios de Navarra y Campo Mayor.

Tercios españoles de Tejas

Este cuerpo fue creado en agosto de 1804 para reforzar esa zona del virreinato de Nueva España. En principio iba a consistir en cuatro tercios de infantería ligera y cuatro de caballería, cada uno de tres compañías. Sin embargo parece ser que finalmente se constituyó tan solo con dos batallones de infantería ligera. En 1808 todavía estaban acantonados en Cádiz, fueron unidos al ejército de Andalucía del general Reading participando en la batalla de Bailén. Posteriormente fueron trasformados en los batallones de cazadores de Bailén y de las Navas de Tolosa.

Compañías independientes

Existían 21 compañías independientes. Dos de infantería ligera eran los Escopeteros de Andalucía. Otros once como guardia de costa de Granada. Otras compañías de caballería ligera servían en Ceuta (Moros Mogataces) Melilla (lanceros), y otros enclaves del Norte de África.

Milicias Provinciales

Fue creada a imitación de la Milicia Real francesa. Estaba formada al principio de la guerra por unidades locales que hacían instrucción y tiro los domingos por la mañana y eran mandadas por personas de cierta cultura pero sin gran cualificación militar. Estas fuerzas, aunque pudieran parecer de segunda fila y popularmente llamados los “alonsos” tuvieron gran importancia en los primeros meses de la guerra. Contaba con 42 regimientos de un batallón, salvo del de Mallorca con dos. Además había otro en Canarias. Cada uno de ellos recibía el nombre de la capital o ciudad en la que había sido creado. En situaciones de guerra o emergencia las unidades prestaban servicio a tiempo completo y sobre todo sustituían a los regulares en servicios de vigilancia y guardia de instalaciones militares. En 1808 cada regimiento contaba con 550 hombres totalizando unos 30.000 efectivos. Regimientos de Jaén, Badajoz, Pontevedra, Tuy, Sevilla, Burgos, Lugo, Oviedo, Murcia, Trujillo, Logroño, Sigüenza, Toro, Soria, Laredo, Orense, Santiago, Betanzos, Guadix, Ronda, Cuenca, Mallorca, Alcázar de San Juan, Chinchilla, Lorca, Mondoñedo, Ciudad Real, Plasencia, Monterrey, Compostela y Canarias. (3)

Milicias Urbanas

Eran Cuerpos de menor nivel orgánico que los Provinciales, levantados y pagados por los municipios, estaban formados por personas mayores, veteranos de otras guerras, con armamento antiguo y con misiones de vigilancia de las ciudades, costas y fronteras. Consistían en 114 compañías independientes de trece municipios. Cádiz tenía 20, El Puerto de Santa María 9, El Campo de Gibraltar 13, Cartagena 9, Ceuta 5, Badajoz 14, Alburquerque 8, Alcántara 6, Alconchel 1, Valencia de Alcántara 7, La Coruña 12, Ciudad Rodrigo 6 y Tarifa 4. Venían a ser como las Milicias Provinciales pero a nivel local.

Unidades de emigrados

Tras la Revolución de 1789 muchos realistas se refugiaron en España creando unidades para luchar contra el Gobierno revolucionario. Participaron en la Guerra de los Pirineos y tras el tratado de Basilea fueron unidos para crear el Regimiento de Borbón en 1796.

REAL CUERPO DE ARTILLERÍA

Creado en 1710. En 1806 consistía en cuatro regimientos, de dos batallones y cada uno de ellos con cuatro compañías a pie u una montada, totalizando 40 baterías y un total de 240 cañones. Existían además 15 compañías de guardia para los distintos fuertes, cinco compañías de “obreros de la Maestranza” y un cuerpo de inválidos. Finalmente contaba con 74 compañías de milicias en varias ciudades. La academia con 150 cadetes estaba en Segovia.
La calidad de tropa y oficiales era bastante buena, cabe recordar a Daoiz y Velarde, sin embargo las baterías solían contar con sólo 4 de los 6 cañones y la proporción con respecto al resto del Ejército era muy baja.

REAL CUERPO DE INGENIEROS

Fue creado en 1711. Contaba con 170 oficiales destinados en la Península y colonias. Su función principal era la ingeniería militar, fortificaciones costeras y existía un cuerpo de cosmógrafos encargados de la realización de mapas.

Regimiento Real de Zapadores-Minadores

Creado en 1802 contaba con dos batallones, cada uno de cuatro compañías de zapadores y una de minadores. Cada compañía contaba con cinco oficiales y 120 hombres.

CABALLERÍA

En 1803 los 4 regimientos de caballería de línea y ligeros tenían la misma composición. Cada uno contaba con cinco escuadrones de dos compañías. Cada compañía un capitán, un teniente, un porta estandarte, un sargento primero, dos sargentos, cuatro cabos primeros, cuatro cabos, un corneta cuatro carabineros, 38 soldados montados y 13 a pie. Cada regimiento contaba con un estado mayor compuesto por ocho oficiales de campo, cuatro porta estandartes, un capellán, un médico, un corneta mayor, un tambor, un maestro guarnicionero, un maestro de armas y un picador. Los regimientos de caballería ligera no contaban ni con los porta estandartes ni el tambor. En 1808 cada uno de los 24 regimientos contaba con 700 hombres, totalizando 14.440 hombres con 9.500 caballos.

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Caballería española: 1.- Húsar del regimiento de Maria Luisa. 2.- Regimiento de Húsares españoles. 3.- Caballería pesada, regimiento del rey. 4.- Dragón, regimiento de Almansa. 5.- Cazador a caballo del regimiento de Olivenza. (Fuente: L.-F. Funcken L`Uniforme et les armes des soldats du Premier Empire. Vol. 2. París, 1968. Página 113)

Caballería Pesada

Tras la reforma de 1805 existían 12 regimientos: Rey, Reina, Príncipe, Infante, Borbón, Farnesio, Alcántara, España, Algarbe, Calatrava, Santiago y Montesa.

Dragones:

El 30 de enero de 1805 los regimientos de dragones fueron reinstaurados totalizando 8 regimientos: Rey, Reina, Almansa, Pavía, Villaviciosa, Sagunto, Numancia y Lusitania.

Cazadores a Caballo

Al restablecerse los regimientos de dragones en 1805 sólo permanecieron dos regimientos de cazadores los de Olivenza y los voluntarios de España

Húsares

Tras la reforma de 1805 tan sólo se contaba con dos regimientos de húsares, los de María Luisa y los Húsares Españoles

(1) R. Carr considera que la victoria española en Bailén fue resultado de la mera casualidad. Esta es una constante en los llamados “hispanistas” que consideran muchos hechos de la historia de España como simples anécdotas o casualidades.

(2) Los nombres de los regimientos de infantería y caballería proceden de R. Chartrand Spanish Army of the Napoleonic Wars. 1793-1808 Oxford, 1998.

(3) A. Manzano Los uniformes del estado militar de España del año 1815. Madrid, 1987. Pg. 35. Faltan los nombres de varios regimientos.

Bibliografía:
R. Chartrand Spanish Army of the Napoleonic Wars. 1793-1808 Oxford, 1998.
R. Chartrand Spanish Army of the Napoleonic Wars. 1808-1812 Oxford, 1999.
R. Chartrand Spanish Army of the Napoleonic Wars. 1812-1815 Oxford, 1999.
L.-F. Funcken L`Uniforme et les armes des soldats du Premier Empire. Vol. 1 y 2. París, 1968.
E. Arredondo Los Húsares españoles en la Guerra de Independencia. 1800-1814 Madrid, 2000.
JM. Bueno Uniformes españoles de la Guerra de Independencia Madrid, 1989.
M. Artola La Burguesía revolucionaria (1808-1874) . Madrid, 1983.
A. Manzano Los uniformes del estado militar de España del año 1815. Madrid, 1987.
R. Carr Spain 1808-1975 Oxford, 1966.

Biblioteca Digital Hispánica

La Biblioteca Digital Hispánica ofrece un acceso libre y gratuito a las principales obras de la Biblioteca Nacional. Un ambicioso proyecto que pone a disposición de todos, un amplio conjunto de obras patrimonio bibliográfico español.

La Biblioteca Digital Hispánica proporciona la consulta, lectura y descarga de 10.000 obras entre las que destacan manuscritos, libros impresos del siglo XV al siglo XIX, grabados, dibujos, carteles, fotografías y mapas. Un amplio elenco de documentos, organizados por colecciones y subcolecciones.

Como depositaria de la evolución cultural de nuestro país, la preservación y el acceso han sido dos objetivos contrapuestos a lo largo de la historia de la Biblioteca Nacional. Gracias al soporte digital La Biblioteca Nacional difundirá a través de la Biblioteca Digital Hispánica sus ricas y variadas colecciones, favoreciendo la transmisión de la información sin menoscabo de la preservación del documento original.

Para que esta Biblioteca contara con una selección de las obras más representativas de la cultura hispánica, y por ende de la universal, se contó con la colaboración de un comité de expertos de reconocido prestigio los cuales, trabajaron coordinados por el catedrático D. José Manuel Blecua. Estos especialistas, eminentes en cada una de sus áreas de conocimiento, asumió la difícil responsabilidad de elegir las obras que habrían de figurar en esta primera selección de Obras Maestras.

La Biblioteca Digital Hispánica ha sido posible por la colaboración de RED.ES, entidad pública empresarial del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Gracias a este trabajo en colaboración se ha implantado un nuevo sistema de gestión de ediciones digitales, de fácil manejo para el usuario final, que incorpora los requisitos técnicos y las normas internacionales imprescindibles para la interoperatibilidad de contenidos entre colecciones digitales.



Los siguientes objetivos generales resumen el interés del proyecto:

* Difundir el patrimonio cultural español al tiempo que se garantizar la protección y salvaguarda de nuestra herencia cultural.
* Cumplir el compromiso adquirido con la Unión Europea de contribuir en la creación de la futura Biblioteca Digital Europea que ofrecerá un acceso único y multilingüe a través de Internet a los fondos de las instituciones culturales europeas.
* Constituirse en una herramienta fundamental para fomentar la investigación sobre nuestra cultura, al facilitar la consulta de los fondos digitalizados a los estudiosos e hispanistas de todo el mundo sin tener que desplazarse a Madrid.
* Ofrecer un canal de cooperación al resto de bibliotecas españolas y latinoamericanas.

Las futuras líneas de actuación son: la incorporación de nuevas colecciones digitales, la creación de recursos educativos, un plan de preservación de obras únicas, un programa de digitalización masiva y una mayor implicación en la Biblioteca Digital Europea.

jueves, 28 de mayo de 2009

Biblioteca Virtual de Prensa Histórica


La Biblioteca Virtual de Prensa Histórica constituye uno de los principales proyectos de digitalización que se han realizado en España y tiene a nivel internacional un peso considerable, tanto por su volumen como por sus funcionalidades.

El proyecto es el resultado de la cooperación de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas, a través de la Subdirección General de Coordinación Bibliotecaria, con las Comunidades Autónomas así como de diversas instituciones de carácter científico o cultural como ateneos, fundaciones, universidades, e incluso empresas periodísticas que perviven a partir de cabeceras fundadas en el s. XIX o a principios del XX.

En abril de 2008, se dispone de casi 2.000 cabeceras, 45 bibliotecas, correspondientes a 3.906.000 páginas de 140 localidades en las que se imprimió prensa.

Se trata, en su mayoría, de colecciones únicas de interés para investigadores y público en general. Son de temática variada y abarcan un amplio período histórico que se remonta a finales del siglo XVIII.

Están representadas en la base de datos quince Comunidades Autónomas (Andalucía, Aragón, Asturias, Canarias, Castilla-La Mancha, Castilla-León, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia, Islas Baleares, La Rioja, Madrid, País Vasco y Región de Murcia), 45 provincias y 140 localidades. El Ministerio de Cultura tiene previsto ir incluyendo progresivamente colecciones de las Comunidades Autónomas y provincias que aún no están representadas en la base de datos.

Enlace

Presentación

Creada en el año 2009 por varios historiadores, profesores y amantes de la historia la Fundación de estudios históricos "Francisco de Mora" es una asociación sin ánimo de lucro cuyos intereses se centran en el conocimiento de la historia y el arte de la España Moderna y Contemporánea, así como la historia contemporánea Universal y la historia militar.

Nuestra fundación toma su nombre de Francisco de Mora (Cuenca, h. 1553 - Madrid, 1610) que fue un arquitecto renacentista español, tío del también arquitecto Juan Gómez de Mora. Está considerado como uno de los máximos representantes de la arquitectura herreriana, estilo que se desarrolló en el último tercio del siglo XVI. Como Maestro Mayor de las obras reales participó en la terminación del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y en la iglesia parroquial de San Bernabé, en El Escorial. Además es autor, entre otras obras, del Convento de San José (Ávila) y del Palacio ducal de Lerma (Lerma, Burgos), actual parador nacional.